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A todo el proceso ayuda
también la creación de nuevas herramientas capaces de cortar
el metal endurecido, lo que posibilita el crear partes intercambiables
y troquelar planchas de acero con gran precisión y facilidad de
manejo.
Pero con este sistema, el trabajador seguía teniendo que trasladarse de un coche a otro para efectuar su cometido, lo cual ocasionaba otra pérdida de tiempo y también problemas cuando los obreros más veloces alcanzaban a los más lentos. Para solucionarlo Ford introduce en su nueva planta de Highland Park (Detroit) la cadena de montaje móvil, mediante la cual el coche era el que se movía de un lugar a otro de la fábrica, con lo que el tiempo anterior se redujo a menos de un minuto y medio, y a su vez provocaba que los montadores más lentos trabajasen más rápido, y los más rápidos se frenasen. Esa cadena consistía en dos cintas de metal que recorrían la fábrica y que sólo necesitaba un motor eléctrico que la moviese, con lo cual aparte de ser eficaz era un sistema muy económico. Esto además permitía reducir las existencias en stock, y provocaba un gran ahorro de capital, de manera que cuantos más coches se construyesen menor sería el coste necesario para cada uno de ellos. |
A la reducción de costes y el consiguiente abaratamiento progresivo del producto se unen otras ventajas que hacían del Ford T un coche revolucionario e ideal: su precio era mínimo, y su conducción, mantenimiento y reparación eran sencillísimos. Junto al coche se adjuntaba un manual en el que se explicaba cómo solucionar todos los problemas que podían ocasionarse. Además si se necesitaba cambiar una pieza, ésta podía comprarse en cualquier concesionario Ford y ser directamente utilizada, sin necesidad de ajustes previos. |
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Con la constante idea de reducir costes Ford introduce dos máquinas para fresar los bloques de motor y las culatas, pero con la peculiaridad de que estaban construidas para poder hacer tales piezas no de una en una, sino de 15 en 15 una y de 30 en 30 la otra. Se introduce también el acero de vanadio para la construcción del chasis por C. H. Wills, aunque Ford solía atribuirse la idea a sí mismo. Un paso posterior fue la integración vertical, es decir, que la propia Ford fabricase completamente todos los componentes que formaban parte de los vehículos, aunque esta idea llegó a su plenitud varios años después de desaparecer la producción del Ford T. Otra gran idea fue el incentivo a los trabajadores, que participarían de las ganancias de la empresa con lo que éstos se sentían cómodos en la empresa, y además al aumentar su sueldo mínimo a 5 dólares diarios, Ford lograba también futuros compradores del vehículo. Conseguía también así una reducción del trabajo mensual en su fábrica de entre el 40 y el 60%. |
El Ford T contaba así
con un solo chasis en el que se insertaban todos los componentes mecánicos,
y con distintas carrocerías para que cada persona encontrase la
que más le convenía. Así este modelo contribuyó
enormemente a la popularización del automóvil y batió
records de producción, coste, fabricación, etc, por lo que
fue muy querido. Popularmente se le conocía en estados Unidos como
“The Tin Lizzie” que significa “la lata Lizie” algo así como fiel
servidor. En España se dio una curiosa anécdota: un periódico
publicó un artículo sobre el Ford T titulado “Ford T go”
lo que leído literalmente se convirtió en “fotingo” palabra
que se extendió rápidamente y que la gente empezó
a utilizar para denominar a cualquier coche.
La producción en masa
de Ford dominó toda la industria, no sólo la automovilística
durante más de 50 años, hasta la aparición de la producción
ajustada creada en Japón por Toyota, que solucionó los problemas
de la producción en masa y adoptó nuevas soluciones revolucionarias.
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